En los últimos años, las principales empresas del mundo —incluidas las grandes corporaciones latinoamericanas— han comprendido que el cumplimiento normativo ya no es una tarea administrativa secundaria. Hoy, el compliance estratégico se ha consolidado como una pieza clave en la estrategia de negocio: permite anticipar riesgos, fortalecer la reputación corporativa y asegurar una operación sostenible en el tiempo.

Enfrentadas a crisis reputacionales, investigaciones regulatorias y pérdida de confianza pública, muchas compañías se vieron obligadas a mirar más allá del control de daños y comenzar a construir culturas de integridad desde la raíz.

En esa transición, el compliance dejó de ser un conjunto de papeles en una oficina legal para convertirse en un motor de transformación empresarial.

Falabella y la presión regulatoria en Latinoamérica

Falabella, uno de los retailers más grandes de América Latina, enfrentó en diversas ocasiones cuestionamientos sobre la trazabilidad en sus procesos de crédito y las condiciones contractuales con clientes. Si bien no se trató de escándalos mayores, sí encendieron alarmas sobre la transparencia y el tratamiento de datos personales.

Como respuesta, la empresa fortaleció su estructura de cumplimiento, implementando un sistema de compliance transversal, con monitoreo automatizado, canales de denuncia internos, y programas de formación ética para sus trabajadores en toda la región. Además, creó comités de ética y reforzó su compromiso público con los estándares de la Ley 20.393 en Chile, que obliga a las empresas a prevenir delitos como el cohecho y el lavado de activos.

Siemens: del escándalo global al liderazgo en integridad

Uno de los casos más paradigmáticos es el de Siemens. En 2008, la multinacional alemana pagó más de 1.600 millones de dólares en multas por un esquema sistemático de sobornos en diferentes países. Fue, en su momento, la mayor multa por corrupción empresarial de la historia.

Tras el escándalo, Siemens reformó completamente su estructura. Creó una división global de compliance con más de 600 profesionales, implementó canales internos de denuncia en múltiples idiomas, desarrolló herramientas de análisis de riesgo en tiempo real y capacitó a más de 150.000 empleados.

Hoy, Siemens es considerada un referente en compliance corporativo y ha logrado recuperar la confianza de inversores, clientes y gobiernos.

Walmart: lecciones desde México

En 2012, el New York Times reveló que ejecutivos de Walmart habrían aprobado pagos indebidos a funcionarios en México para facilitar permisos de expansión. La investigación encendió alertas globales y dio pie a un cambio profundo.

Walmart fortaleció su equipo legal y de cumplimiento en todos los países donde opera. Creó una nueva unidad independiente de investigación interna, reformó sus procesos de adquisiciones y actualizó sus estándares de conducta empresarial.

El caso demostró que el crecimiento acelerado, sin controles adecuados, puede convertirse en un riesgo grave. Hoy, Walmart es una de las empresas más activas en programas de ética empresarial y compliance dentro del sector retail.

Latam Capítulo 11

LATAM Airlines: Transparencia frente a una crisis financiera global

En mayo de 2020, LATAM Airlines se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, buscando reorganizar su deuda en medio de la crisis causada por la pandemia. Aunque legalmente fue una medida válida, generó críticas en la opinión pública chilena y entre sus trabajadores, ya que en paralelo la empresa recibía apoyo fiscal y reducía personal.

Frente a esta situación, LATAM tomó varias medidas para fortalecer su gobierno corporativo, la relación con sus stakeholders y su compromiso con la transparencia:

Comenzó a trabajar más activamente en sostenibilidad y cultura organizacional para recuperar la confianza pública y de los inversionistas.

Publicó reportes periódicos sobre el proceso legal y sus decisiones estratégicas.

Reforzó sus políticas ESG (Environmental, Social & Governance), alineadas con estándares internacionales.

LA GRAN LECCIÓN

La lección es clara: el compliance estratégico no solo protege frente a sanciones legales. También es una herramienta para reconstruir la reputación, alinear la cultura interna con los valores éticos, y generar confianza en los stakeholders.

¿Qué pasa si no se hace?

Las empresas que no integran una política de cumplimiento robusta pueden enfrentar:

  • Multas millonarias por incumplimiento.
  • Pérdida de clientes e inversionistas.
  • Riesgo de exclusión en licitaciones públicas.
  • Daño irreparable a su imagen de marca.

HACER COMPLIANCE CON TECNOLGÍA

Implementar plataformas tecnológicas como CompliSafe permite:

  • Automatizar auditorías y controles.
  • Establecer canales de denuncia seguros.
  • Tener trazabilidad completa de decisiones financieras y operativas.
  • Prevenir delitos antes de que ocurran.

En un entorno donde las regulaciones son cada vez más estrictas y los consumidores más exigentes, apostar por el compliance no es solo una defensa. Es una estrategia de crecimiento.


Fuentes:

  • CMF Chile – Buenas Prácticas Falabella
  • https://hbr.org/2012/11/the-ceo-of-siemens-on-using-a-scandal-to-drive-change
  • https://www.nytimes.com/2012/04/22/business/at-wal-mart-in-mexico-a-bribe-inquiry-silenced.html
  • https://www.df.cl/empresas/juntas-de-accionistas/ceo-de-latam-esperamos-dar-por-terminado-uno-de-los-capitulos-mas
  • https://www.df.cl/empresas/multinacionales/juez-de-ny-da-luz-verde-a-latam-para-votar-su-plan-de-reorganizacion