En un entorno corporativo cada vez más regulado y exigente, la prevención del delito dentro de las empresas se ha convertido en una prioridad estratégica. Las compañías no solo deben preocuparse por su rentabilidad o crecimiento, sino también por protegerse de riesgos legales que pueden comprometer su existencia.
En este escenario, el compliance y la prevención del delito son aliados fundamentales. Ya no basta con cumplir la ley de manera pasiva; hoy se exige un rol activo: anticiparse a los riesgos, gestionarlos y demostrar que se hace todo lo posible para evitar la comisión de delitos corporativos.
¿Qué es el compliance penal y por qué es relevante?
El término compliance proviene del inglés y se refiere al cumplimiento de leyes, normas y regulaciones. Cuando hablamos específicamente de compliance penal, nos referimos al conjunto de prácticas destinadas a prevenir la comisión de delitos dentro de una empresa, especialmente aquellos que podrían generar responsabilidad penal para la persona jurídica.
Desde la entrada en vigencia de leyes como la Ley N.º 20.393 en Chile o la Ley Orgánica 1/2015 en España, las organizaciones pueden ser responsables penalmente si no han implementado mecanismos eficaces para prevenir delitos como:
- Lavado de activos
- Corrupción entre privados
- Cohecho a funcionarios públicos
- Financiamiento del terrorismo
- Delitos medioambientales
- Infracciones tributarias o laborales
Estas leyes exigen que las empresas implementen un modelo de prevención de delitos, adecuado a su tamaño, estructura y nivel de exposición al riesgo.
¿Qué es un modelo de prevención de delitos en una empresa?
El modelo de prevención de delitos en empresas (MPD) es una herramienta estratégica y legal. Consiste en un sistema de gestión que identifica, evalúa y mitiga los riesgos penales a través de:
- Políticas internas claras
- Códigos de ética
- Procedimientos operativos seguros
- Canales de denuncia protegidos
- Monitoreo y auditoría de procesos
- Nombramiento de un encargado de cumplimiento (compliance officer)
- Planes de formación continua
Este modelo debe ser documentado, ejecutado, supervisado y actualizado. No se trata de un documento decorativo, sino de un instrumento vivo, que forma parte del ADN ético de la empresa.
Ejemplo práctico: cómo el compliance previene delitos reales
Imaginemos una empresa de servicios eléctricos que contrata proveedores externos para proyectos estatales. Uno de sus ejecutivos propone pagar un «extra» para asegurar la adjudicación de una licitación pública.
Si la empresa no cuenta con un modelo de prevención de delitos, y este soborno se concreta, puede enfrentar sanciones graves: multas millonarias, inhabilitación para contratar con el Estado, e incluso la disolución. Sin embargo, si tiene un modelo activo, capacitaciones realizadas, registros internos, y canales de denuncia que funcionen, puede demostrar ante la justicia que hizo todo lo razonable para evitar ese delito, y posiblemente quedar exenta de responsabilidad penal.
¿Cómo implementar un modelo de prevención de delitos?
Implementar un modelo de prevención de delitos en empresas requiere una metodología clara. Estos son los pasos esenciales:
- Evaluación de riesgos penales: identificar qué delitos son más probables según el rubro y actividad.
- Diseño de políticas y procedimientos: redactar normas claras sobre conducta, regalos, contrataciones, pagos, etc.
- Designación del oficial de cumplimiento: persona o equipo responsable de implementar y supervisar el modelo.
- Capacitación interna: formar a todos los colaboradores en prevención del delito y ética empresarial.
- Canales de denuncia y protección al denunciante: mecanismos seguros, anónimos y auditables.
- Monitoreo, evaluación y mejora continua: realizar auditorías internas y ajustes periódicos.
Un modelo eficaz debe ser proporcional al tamaño, recursos y riesgos de la empresa, según principios establecidos por normas como la ISO 37301 o la ISO 37001 (anticorrupción).
Beneficios del compliance en la prevención del delito
Implementar un modelo de cumplimiento normativo no solo reduce riesgos legales, sino que además:
✓ Protege la reputación corporativa
✓ Facilita relaciones con inversores, bancos y entes públicos
✓ Reduce la posibilidad de fraudes y conflictos internos
✓ Fomenta una cultura ética dentro de la organización
✓ Permite enfrentar investigaciones con respaldo documental
✓ Otorga ventajas competitivas en licitaciones y alianzas
¿Qué dice la normativa en Chile?
En Chile, la Ley N.º 20.393 regula la responsabilidad penal de las empresas. Esta ley ha sido modificada y actualizada, y hoy exige la implementación de un modelo de prevención del delito válido y eficaz para evitar sanciones. No es obligatorio por ley en todas las empresas, pero sí es altamente recomendable, especialmente para aquellas que:
- Contratan con el Estado
- Tienen operaciones internacionales
- Manejan recursos financieros importantes
- Están en sectores regulados (salud, energía, construcción, transporte, minería)
El compliance como herramienta de protección empresarial
En un mundo donde la transparencia, la ética y el cumplimiento normativo son cada vez más exigidos por gobiernos, clientes e inversionistas, el compliance penal y la prevención del delito son más que una obligación: son una oportunidad para construir empresas sostenibles y confiables.
El modelo de prevención de delitos en empresas no solo es una barrera legal frente a sanciones, sino una señal clara de madurez organizacional. Implementarlo no es una carga, es una inversión en el futuro de tu negocio.
Referencias y citas
- Ley N.º 20.393 sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas, Gobierno de Chile.
- AENOR (2021). Norma ISO 37301: Sistemas de gestión del compliance.
- Silva, Francisco (2021). Compliance penal y su aplicación en empresas chilenas. Revista de Derecho, Universidad Diego Portales.
- Fiscalía Nacional Económica (2022). Guía práctica para implementar modelos de prevención del delito.
- Deloitte Latin America (2023). Tendencias en compliance corporativo y gestión de riesgos.
- Ferrer, J. (2020). Manual de cumplimiento normativo y ética empresarial. Editorial Jurídica Chilena.
- OCDE (2019). Good Practice Guidance on Internal Controls, Ethics, and Compliance.
 
					 
												