(Estracto de artículo publicado Diario Financiero / Lunes 19 de mayo de 2025
Por Carolina León)

La integridad como prioridad empresarial

Hace unas semanas, 15 organizaciones fueron reconocidas con el Reconocimiento al Compromiso con la Integridad de la Fundación Generación Empresarial (FGE). Este reconocimiento destaca a aquellas empresas que han demostrado una cultura sólida de integridad y buenas prácticas.

Estas compañías cuentan con herramientas como códigos de ética, canales de denuncia activos, y diversas políticas de prevención y actuación. Además, han aplicado el Barómetro de Valores e Integridad Organizacional de FGE, una encuesta que mide la percepción de los trabajadores sobre la vivencia y comunicación de los valores éticos, la existencia de conflictos éticos, y el compromiso de los líderes con la integridad.

Pero ¿cómo alcanzaron estas empresas ese estándar? ¿Qué principios no están dispuestas a transar? Para responder a estas preguntas, Diario Financiero participó en un conversatorio con las gerencias generales y áreas de compliance de cinco firmas destacadas: Puma, Grupo Saesa, BancoEstado Microempresas, Entel y Servipag, donde los gerentes generales compartieron sus fórmulas.

Integridad desde la cima: una decisión estratégica

Un factor común entre estas empresas es haber decidido posicionar el tema de la integridad desde la alta dirección, involucrando activamente a sus líderes.

Jaime García, gerente general de Servipag, cuenta que hace siete años comenzaron este camino desde la gerencia de riesgos, desarrollando una estrategia que fue presentada al directorio. Pero agrega que para consolidar el enfoque fue necesario un paso más: involucrar a otras áreas de la empresa.

“Es muy importante para la gestión del cambio que esto se haga carne a través de los gerentes y las jefaturas. Esa es la mejor forma de que el mensaje baje a toda la organización”.

En la misma línea, Alejandro Romero, gerente general de BancoEstado Microempresas, subraya que el tono debe venir desde la cima:

“La clave está en el discurso del directorio y del gerente general. Hay que decir claramente que no da lo mismo cómo se hacen las cosas. Eso es hablar de integridad”.


La formación y el ejemplo como pilares

Margarita Walker, gerenta de compliance en Entel, resalta que no basta con tener líderes comprometidos; también es necesario trabajar constantemente en la formación interna.

“El que está en la cabeza de la organización debe ser el primer ejemplo. Pero también hay que entregar herramientas al resto, capacitarlos para enfrentar conflictos y mantener el tema vivo en toda la organización”.

Por su parte, Francisco Alliende, gerente general de Grupo Saesa, destaca que el ejemplo debe ser auténtico y sin excepciones, especialmente en los mandos medios:

“Yo he tenido que tomar decisiones difíciles, como dejar ir a personas brillantes, pero que lograban resultados de forma cuestionable. No estoy dispuesto a tolerar la prepotencia o un mal clima, aunque eso implique perder talento”.


Integridad como ventaja competitiva

Los líderes coinciden en que promover la integridad no solo es lo correcto, sino también una ventaja. Según Alejandro Romero, la integridad forma parte de un “triángulo virtuoso”:

“Cuando hay integridad, hay buen clima laboral, satisfacción del cliente y, como consecuencia, los resultados llegan solos”.

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