«Para la Pyme no se trata sólo de cumplir con la Ley. cada vez mas las grandes empresas exigen a sus proveedores contar con sistemas de prevención y cumplimiento como requisito comercial. Asi la gestión de riesgo se transforma en un factor competitivo clave» ( Juan Carlos Délano)
(Comentario al artículo Ley de Delitos Económicos: avances, brechas y desafíos operativos, de JUAN CARLOS DÉLANO V. Vicepresidente Risk & Crisis Management Latin America, publicado en Diario Financiero)
El pasado 1 de septiembre se cumplió un año desde que entró en vigor la Ley 21.595 sobre Delitos Económicos y Medioambientales, junto con la modificación de la Ley 20.393, que regula la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Este primer aniversario no sólo marca un hito legislativo, sino que también se ha transformado en una oportunidad para revisar cómo el ecosistema empresarial —desde grandes corporaciones hasta pequeñas y medianas empresas— ha comenzado a adaptarse a esta nueva realidad.
Un análisis reciente de Juan Carlos Delano V., Vicepresidente de Risk & Crisis Management para América Latina, publicado en Diario Financiero, plantea con claridad los avances, las brechas y los desafíos que aún persisten. Lo más interesante, quizás, no es solo lo que dice el artículo, sino lo que revela sobre el cambio de paradigma que vive el compliance en Chile: ya no se trata simplemente de “cumplir con la ley”, sino de integrar el cumplimiento normativo como un activo estratégico.
El doble desafío: estrategia y operación
Las grandes empresas han respondido con rapidez a la nueva legislación. Según Delano, muchas han desarrollado políticas claras, comités activos y mapas de riesgo que cumplen con los nuevos estándares. Sin embargo, la mayoría lo ha hecho desde un enfoque “top-down”: definiciones desde la alta dirección que buscan permear el resto de la organización. Esto es necesario, pero no suficiente.
El verdadero desafío —y también la verdadera oportunidad— está en complementar ese enfoque con una mirada “bottom-up”, donde los riesgos se identifiquen y controlen en los procesos donde realmente se materializan: compras, pagos, recursos humanos, operaciones. Allí es donde el cumplimiento deja de ser un tema de abogados y se convierte en una práctica diaria.
La informalidad sigue siendo un riesgo
Otro punto crítico mencionado en el artículo es la persistente informalidad con que muchas empresas administran sus Modelos de Prevención del Delito (MPD). Las planillas Excel, los procedimientos dispersos y la falta de trazabilidad son síntomas de una gestión todavía inmadura. Esta informalidad no solo pone en riesgo la continuidad operativa, sino que también puede significar sanciones en caso de incumplimientos.
Aquí es donde la tecnología entra en juego. Las soluciones GRC (Gobierno, Riesgo y Cumplimiento) y las plataformas basadas en inteligencia artificial no son un lujo: son herramientas que permiten auditar procesos, automatizar controles, y responder en tiempo real ante eventuales fiscalizaciones o incidentes.
¿Y las pymes? De la obligación al factor competitivo
El artículo dedica un apartado especialmente relevante a las pequeñas y medianas empresas. Muchas de ellas aún perciben el compliance como un asunto ajeno, propio de las grandes corporaciones. Sin embargo, la ley es clara: todas las organizaciones con ventas superiores a UF 25.000 están obligadas a cumplir con la normativa.
Pero incluso más allá de la norma, hay un argumento comercial que se impone:
En otras palabras, tener un modelo de cumplimiento robusto puede ser la diferencia entre cerrar un contrato o quedar fuera de una licitación. El compliance se convierte así en un habilitador de negocios, no en una carga.
Un llamado a la acción
Este primer año de vigencia de la Ley 21.595 debería ser una señal clara para todas las empresas en Chile: el cumplimiento dejó de ser un trámite legal y pasó a ser parte de la estrategia empresarial. Tanto grandes compañías como pymes están ante una oportunidad única para profesionalizar su gestión, automatizar procesos y construir culturas corporativas más resilientes, éticas y competitivas.
Desde nuestra experiencia, las empresas que logran integrar el compliance en sus operaciones diarias no solo reducen riesgos: también ganan reputación, confianza de inversionistas y acceso a mercados más exigentes.
En tiempos donde la confianza y la transparencia son moneda escasa, invertir en cumplimiento no es solo lo correcto: es lo inteligente.
Referencias
EY Global (2022). Risk and Compliance Trends in Latin America.
Delano, J.C. (2024). Ley de Delitos Económicos: avances, brechas y desafíos operativos. Diario Financiero. https://www.df.cl/ley-de-delitos-economicos-avances-brechas-y-desafios-operativos
Ley 21.595 sobre Delitos Económicos y Medioambientales, Chile.
